Es tan cordial en su apariencia que nadie pudo imaginar
el dolor que ella sentía cuando la suerte la abandonó
es que imaginaba un futuro dorado y celestial
y se encontró con una mentira que la encadeno
a vivir entre tormentosas dudas.
Tan dulce es su sonrisa que nadie pudo comprender
como en un segundo todo se desencadeno
por que ella creía y no se pensaba detener
pero la realidad un día la frenó.
El pulso eléctrico de la situación la lleva a titubear
es entonces cuando cae en la misma red una y otra vez
por que ella es prisionera de una pasión que la logra moldear
y perdona todo daño, tapa el cielo con las manos,
¡incipientes buscadores de tesoros se empiezan a regodear!
¡Ay nena! nadie lo puede comprender
pero vos sabes muy bien como es que todo sucedió
y sacudís a diario el polvo que intenta cubrir tu corazón
¡el hambriento lobo de la fruta prohibida probó!
1 comentario:
¡Qué ritmo!
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